El viajero del tiempo

Un poeta suele ser —y en esta ocasión lo es en grado sobresaliente— un buen lector de poesía. De ahí que Van-Halen recupere su índole de perpetuo viajero recopilando en un volumen sus periplos como lector por el océano de las letras hispánicas de las dos últimas centurias, estudiando, glosando y analizando, desde una perspectiva de lectura y de alta y señera divulgación, temas relacionados con la generación del 98, con la del 27, con mis idolatrados Rubén Darío y Agustín de Foxá, con Josep Pía, Galdós, Umbral, García Nieto, Miguel Hernández, Rafael Alberti y Vicente Aleixandre, entre otros. Siempre es bueno reunir los scripta minora (que suelen ser maioraen muchos casos y, desde luego, en éste), pues perseguirlos por las publicaciones donde aparecieron por primera vez resulta un ejercicio incompatible con la caducidad de nuestras existencias. Por tanto, nos felicitamos, y felicitamos a Juan, por haberse tomado la molestia de reunir en El viajero del tiempo trabajos tan acrisolados como los que componen el libro, dándonos la oportunidad ele viajar con él al universo de algunas de sus más preciadas lecturas y comprobando su elevadísima cualificación hermenéutica y glosadora.

Luis Alberto de Cuenca