El diagnóstico de cáncer de mama supone un antes y un después en la vida de cualquier mujer y, aunque afortunadamente la mayoría de ellas hoy se curan completamente, el precio a pagar por esta curación pasa por unos meses de duro tratamiento: cirugía, quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia, etc.
La forma en que cada mujer vive esta experiencia es muy variable, pero en cualquier caso, todas ellas pasan por momentos muy difíciles en los que los sentimientos de miedo, abandono, soledad, desesperación y muchos otros se hacen presentes y, a veces, se instalan en sus vidas por largos periodos de tiempo requiriendo incluso tratamientos farmacológicos y apoyo psicológico para superarlos.
Áurea Bueno Andrés nació en Madrid el 20 de octubre de 1952. Cursó estudios de auxiliar de enfermería. También ha cursado estudios de Medicina tradicional china, finalizando su licenciatura en Pekín. Cursó estudios de homeopatía y es masajista terapéutico. Como auxiliar de enfermería ha trabajado en la Clínica La Concepción y en el Hospital Ibiza. Actualmente trabaja en el Hospital Universitario de Getafe. Ha dirigido la Galería Lecrín, en Málaga.
En marzo de 2007 se le detectó un cáncer de mama, cuya experiencia recoge este libro. Actualmente se encuentra totalmente recuperada y reincorporada a su vida personal y profesional cotidiana.
La tecnología ha hecho que cada vez más los médicos dejemos de comunicarnos directamente con los enfermos. Urge recuperar la mirada y el contacto físico con nuestros pacientes. Mirar y conocerles por la mirada, ya que mirándoles a los ojos tenemos que ser capaces de saber lo que quieren, lo que necesitan, lo que les inquieta. Tocar y sentir con ellos.
Dr. José Ignacio Sánchez Méndez
El diagnóstico de cáncer de mama supone un antes y un después en la vida de cualquier mujer y, aunque afortunadamente la mayoría de ellas hoy se curan completamente, el precio a pagar por esta curación pasa por unos meses de duro tratamiento: cirugía, quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia, etc. La forma en que cada mujer vive esta experiencia es muy variable, pero en cualquier caso, todas ellas pasan por momentos muy difíciles en los que los sentimientos de miedo, abandono, soledad, desesperación y muchos otros se hacen presentes y, a veces, se instalan en sus vidas por largos periodos de tiempo requiriendo incluso tratamientos farmacológicos y apoyo psicológico para superarlos.
Dra. Pilar Zamora
Cuando nos confirman el pronóstico y diagnostican el proceso a seguir, un miedo ancestral nos paraliza. No hay que temer al llanto y si hay que llorar… Se llora ¡Es natural! Todo, menos sentirse cadáver. Es importante salir en busca de una misma, salir de la crisálida, como nos relata Áuri, la autora de Al infierno con mi candil.
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