Amour fou. Ebrio desván de amores locos

Truffaut nos enseñó a conjugarlo en francés y Aute lo convirtió en canción. Amour fou es una expresión francesa que se traduciría como “amor loco”, «locura transitoria» o «desvarío emocional». Habitualmente, hace referencia a un amor disparatado que se puede sentir por una persona que no nos conviene, que no nos quiere o que, incluso, nos puede llegar a destruir. Este tipo de amor tiene un componente de obsesión y un fuerte polo de atracción, que nos puede conducir al desvarío o a un fin aún más terrible, sin que, la mayoría de las veces, se pueda evitar. Amour fou es, por tanto, un amor autodestructivo, pero, como todo lo prohibido o peligroso, apasionante, sugerente y absolutamente vital, dejando siempre patente las continuas contradicciones del ser humano.

Con La mujer de al lado (1981), François Truffaut llevó a cabo una de las más bellas declaraciones de amour fou jamás vistas gracias, entre otras cosas, a la gran labor interpretativa de Gérard Depardieu y Fanny Ardant. Anteriormente, había tratado también el mismo tema en su película La piel suave (1964), un film en el que el lirismo de las imágenes envuelve un relato atormentado, pasional y descarnado. La misma pasión que el mencionado director manifestó hacia el cine a lo largo de toda su vida encontró una expresión fílmica coherente a través de historias de amor que ponían de manifiesto la vulnerabilidad de los sentimientos humanos y la dificultad de amar entre las personas, resaltando la fatalidad subyacente en las historias de amor intensas y arrebatadas.

Años más tarde, Luis Eduardo Aute convertía el Amour fou en parte esencial de su canción “L’amour avec toi”. Y, precisamente, Aute es uno de los sesenta y siete autores que ha reunido Antonino Nieto, por quinto año consecutivo y como resultado de un excelente trabajo de coordinación, con el propósito de literaturizar tanto las peculiaridades de las variadas relaciones afectivas pasionales entre dos (o más) personas así como de poner de manifiesto las dificultades que ello puede conllevar.

Por cierto, querido/a lector/a, ¿usted nunca ha sentido la necesidad de poner en juego su tranquilidad emocional y vital por atreverse a vivir una pasión incontrolada y obsesiva? Cuéntenos…

Basilio Rodríguez Cañada