Don Juan Tenorio

Las virtudes esenciales de Don Juan Tenorio radican, por un lado, en la extraordinaria capacidad dialógica de la obra y, por otro, en la poderosa facultad de teatralización de su autor. Más allá de la finalidad meramente imitativa, Zorrilla buscó la divergencia respecto al don Juan arquetípico, sin llegar a la propuesta paródica de Lord Byron. Otro de los mayores aciertos del poeta vallisoletano estriba en situar el enamoramiento de don Juan y la pretendida salvación por el amor en el lugar que les corresponde, lejos del plano realista; es decir, en las regiones intemporales del mito, donde don Juan y doña Inés convergen finalmente con otras parejas célebres del imaginario de Occidente: Abelardo y Eloísa, Tristán e Isolda, Romeo y Julieta, etc.

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SKU: 9788416447299 Categoría: Etiqueta:

Detalles del libro

Peso 0.325 kg
Páginas

204

Encuadernación

Rústica

Idioma

Castellano

ISBN

9788416447299

Sobre el autor

Zorrilla, José

Zorrilla, José

José Zorrilla (Valladolid, 1817 – Madrid, 1893) es una de las figuras más destacadas del Romanticismo español. Educado en una familia acomodada, pronto abandonó los estudios de Derecho y se estableció en Madrid, donde se dio a conocer como poeta a los diecinueve años leyendo unos versos en el entierro de Larra.

Poeta y dramaturgo prolífico, su obra marca el momento de auge y nacionalización del Romanticismo en las letras españolas. Su poesía, dominada por elementos góticos y fantásticos, aborda temas amorosos, religiosos, históricos, etc.

Escribió numerosas leyendas, entre las que destacan: A buen juez, mejor testigo (1838), El capitán Montoya (1840) y Margarita la tornera 1841), y obras teatrales en verso, de las que sobresalen: El zapatero y el rey (1840), Don Juan Tenorio (1844), mito romántico por excelencia, y Traidor, inconfeso y mártir (1849).

Sus mayores aciertos se hallan en la narración legendaria y en la dramatización de temas tradicionales, que él mismo pondera en Recuerdos de un tiempo viejo (1880-1883).

Las virtudes esenciales de Don Juan Tenorio radican, por un lado, en la extraordinaria capacidad dialógica de la obra y, por otro, en la poderosa facultad de teatralización de su autor. El estudio tradicional de las fuentes ha puesto de relieve la riqueza intertextual del drama. Es preciso, sin embargo, recurrir al marco teórico del dialogismo (Bajtin) y de la intertextualidad (Kristeva) para valorarlo justamente.

Más allá de la finalidad meramente imitativa, mediante la cual se pretende lograr el reconocimiento, la adscripción a un movimiento determinado, incluso la continuidad de una influencia, Zorrilla buscó la divergencia respecto al don Juan arquetípico, sin llegar a la propuesta paródica de Lord Byron.

Otro de los mayores aciertos del poeta vallisoletano estriba en situar el enamoramiento de don Juan y la pretendida salvación por el amor en el lugar que les corresponde, lejos del plano realista; es decir, en las regiones intemporales del mito, donde don Juan y doña Inés convergen finalmente con otras parejas célebres del imaginario de Occidente: Abelardo y Eloísa, Tristán e Isolda, Romeo y Julieta, etc.

La significación última del personaje está vinculada a la dimensión intercultural del arquetipo, de manera que su presencia invita a rastrear las características de don Juan en otras literaturas, a indagar sobre el donjuanismo y, sobre todo, a establecer puntos de contacto entre los diversos avatares del mito.

Manuel Neila

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