La Demanda del Santo Grial

La Demanda del Santo Grial con los maravillosos fechos de Lanzarote y de Galaz su fijo (Juan de Villaquirán, Toledo, 1515) es una refundición en castellano cuyo referente último es una versión francesa hoy perdida de la Queste del Saint Graal del Pseudo Boron o Post-Vulgata, unida a una versión abreviada de la Mort le roi Artu y con interpolaciones del Tristan en prosa y de la Queste de la Vulgata. Constituye la máxima expresión de la literatura artúrica en cuanto a la arquitectura compositiva y a la puesta en escena de un inmenso número de personajes. Su propia naturaleza de “misteriosa superaventura” episódica, en la que toda la caballería mundana compite por acceder al Grial, pone en movimiento a más de dos centenares de personajes individuales y a miles más en los grandes movimientos de masas de las batallas.

El texto se edita a partir del único ejemplar conservado (British Library G10241), junto con un Baladro del sabio Merlín de 1535. Es el testimonio conservado en castellano más completo y comparte arquetipo con los fragmentos del manuscrito 1877 de la Biblioteca Universitaria de Salamanca y el 2594 de la Biblioteca Nacional de Viena, en portugués. Disponemos además de una reedición en Sevilla de 1535 que actualiza el léxico y algunas soluciones gráficas, pero que mantiene básicamente la materia del impreso de 1515. Ambos impresos coinciden en las prensas con Amadises, Tristanes y Merlines, en la emergencia del género editorial caballeresco entre los siglos XV y XVI, convertidos ya en libros de caballerías de entretenimiento.

El Grial castellano resulta singular por la supresión de episodios de carácter abiertamente fantásticos o religiosos, la preferencia por la acción externa –en especial los hechos de armas– y por la amplificación de algunos elementos y discursos corteses. Las aventuras del Grial, manifestación singular medieval de la materia artúrica, difiere sus posibles textos fuente y adquiere así rasgos distintivos de muchos libros de caballerías castellanos renacentistas, además de prefigurar la tendencia que conducirá al género desde los libros idealistas hacia el puro entretenimiento.