Leer en la oscuridad

Si en la antigüedad se pasaba el tiempo bajo los terrores más salvajes, el televisor, hoy, paraliza más que los miedos mismos. Hace falta más palabra, más lenguaje vivo. Es muy curioso que en el gran apagón que ocurrió en Colombia en 1992, se rescató de nuevo la sala donde, en el pasado, la voz de los abuelos, reunidos alrededor de una chimenea (o una vela), contaban sus historias.

16,00 IVA Incl.

SKU: 9788417043698 Categorías: , Etiqueta:

Detalles del libro

Peso 0.182 kg
Páginas

106

Encuadernación

Rústica

Idioma

Castellano

ISBN

9788417043698

Sobre el autor

Argüello G., Rodrigo

Argüello G., Rodrigo

Rodrigo Argüello G. es un escritor colombiano dedicado a la literatura, a la estética de los nuevos medios y a los fenómenos culturales desde la perspectiva del simboanálisis.

Entre sus libros de ensayo se encuentran publicados: Ciudad gótica, Los destinos virtuales de la palabra, El lector como cazador (de sentidos), Los niños hidropónicos, Las proyecciones de Prometeo, Introducción al Simboanálisis o Entre la espada y la palabra.

De su obra creativa destaca Elogio de la mala musa (cuentos), Trancón sobre el asfalto (novela), Esculpir una idea (aforismos), La ruta del deseo (poesía), Viagra para el eunuco (crónicas) o Las mujeres bellas no bailan de noche (cuentos).

Actualmente es el presidente de la Asociación Internacional de Simboanálisis (AIS). Ha recibido el Premio Catharine Amy Dawson Scott 2016 por el conjunto de su obra, y el Premio EscriDuende de la Feria del Libro de Madrid 2016 al mejor autor hispanoamericano.

 

—[…] Admiro al príncipe que leía un libro y cuando el verdugo fue a buscarlo, le tocó el hombro y le dijo que ya era la hora, él, al levantarse y antes de cerrar el libro, puso un separador para señalar la página donde iba.

—¡Ah! —dijo el doctor—. Ese es un hombre que no vive en su momento, ese es un hombre que vive en su milagro.

Djuna Barnes, El bosque de la noche

En muchas circunstancias actuales, he dado a cambio de muchas jornadas de espera, en los aeropuertos, algunas páginas que me han hecho olvidar tanto las absurdas esperas como los mismos vuelos tediosos e interminables. Con las aerolíneas no solamente he acumulados millas, que me permitirán otros viajes, sino miles y miles de páginas, que me hacen viajar de una forma que no lo logra ninguna clase de aparato

La gran pregunta hoy es: ¿cómo esperan los niños a sus padres antes de que estos lleguen del trabajo?, ¿cuáles son los nuevos relatos en las actuales ciudades, que tanto interior como exteriormente, no están diseñadas para los niños? Si en la antigüedad se pasaba el tiempo bajo los terrores más salvajes y los extenuantes viajes, el televisor, hoy, paraliza más que los miedos mismos. Hace falta más palabra, más lenguaje vivo. Es muy curioso que en el gran apagón que ocurrió en Colombia en 1992, se rescató de nuevo la sala donde, en el pasado, la voz de los abuelos, reunidos alrededor de una chimenea (o una vela), contaban sus historias. No se pide de nuevo un apagón, pues el mundo se ha ido oscureciendo paulatinamente, y en los países del conflicto la única luz que se ve a diario es la producida por las micropantallas, la televisión y las que producen las armas de fuego.

Rodrigo Argüello G.

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