Mojiganga del gusto en seis novelas

La presente edición de La Mojiganga del gusto en seis novelas, única colección del todavía misterioso Andrés Sanz del Castillo, es sin duda una de las más rigurosas que haya merecido hasta la fecha un libro de relatos del siglo de los Austrias menores. Un volumen —conformado por seis novelitas: El monstruo de Manzanares, Quien bien anda, en bien acaba, El estudiante confuso, La muerte del avariento y Guzmán de Juan de Dios, Pagar con la misma prenda, La libertada inocente y castigo en el engaño— caracterizado por lo que Juan de Piña denominara «el estilo de los enigmáticos»; o sea, por una sintaxis intrincadísima y la acuñación de no pocos hápax a lo largo del discurso.

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SKU: 9788417825683 Categoría:

Detalles del libro

Peso 0.883 kg
Páginas

462

Encuadernación

Rústica

Idioma

Castellano

ISBN

9788417825683

Sobre el autor

Sanz del Castillo, Andrés

Andrés Sanz del Castillo (Brihuega, Guadalajara, c. 1590, según Cotarelo y Mori) se confesó «menor criado» de don Francisco de Funes Villalpando y Ariño, segundo marqués de Osera, en la portada de su única obra: la Mojiganga del gusto en seis novelas (Zaragoza, Pedro Lanaja Lamarca, 1641). De nuevo Cotarelo y Mori aventuraba que debió de cursar leyes en las aulas de Salamanca, al hilo de la trama de El estudiante confuso, tercera de las historias de esta curiosa colección: «que era tal vez relator, o escribano, lo indican muchos pasajes». Del Val añadiría que pasó temporadas en Sevilla, Granada y Zaragoza. Sin embargo, las estampas andaluzas de La muerte del avariento y Guzmán de Juan de Dios –donde el narrador interno dice haber residido durante un bienio en la metrópoli hispalense– y Pagar con la misma prenda menudean por otros relatos del Barroco. Bastante más tuvo que frecuentar la villa de Ávila, en la que se ambienta La libertada inocente y castigo en el engaño. Catalina García (Biblioteca de escritores de la provincia de Guadalajara, 1899) retrasó –aunque sin razonarlo en demasía– las fechas de nacimiento y muerte de este marginado novelista (c. 1615-1680), documentando en los libros de matrimonios de la parroquia de San Miguel la partida nupcial, el 13 de marzo de 1590, de don Pedro Sanz, hijo de Juan Sanz y María del Castillo. Por ambos apellidos podemos suponer que acaso eran estos los padres y aquel el hermano de nuestro Andrés. No nos han llegado de él más noticias, ni parece que lo celebrara ningún ingenio de entre sus coetáneos.

La Mojiganga del gusto en seis novelas, única colección del todavía misterioso Andrés Sanz del Castillo, se acabó de imprimir en 1641 en los talleres zaragozanos de Pedro Lanaja Lamarca. La presente edición, sin duda una de las más rigurosas que haya merecido hasta la fecha un libro de relatos del siglo de los Austrias menores, evidencia las deudas que la narrativa de este arriacense contrajo con el vasto corpus de Alonso de Castillo Solórzano y Francisco de Quintana; define su ramillete de ficciones como «pepitoria con pies y cabeza»; avala que se trata de una obra de madurez, dado que ninguna de las historias parece escrita antes de 1626; y desbroza –según el método del error significativo y las aportaciones de la filologia dei testi a stampa– una tradición textual de veras peregrina. He aquí, por fin, un volumen caracterizado por lo que Juan de Piña denominara «el estilo de los enigmáticos»; o sea, por una sintaxis intrincadísima y la acuñación de no pocos hápax a lo largo del discurso.

Las seis novelitas basculan desde El monstruo de Manzanares, enredo fruto de la confusión de dos disfraces –la más fiel al sentido primitivo de la voz «mojiganga»–, a Quien bien anda, en bien acaba, que se abre con una inopinada decisión de su protagonista, don Nuño de Oca: retirarse del siglo y abrazar el anacoretismo. En cambio, El estudiante confuso se inspira tanto en la novella italiana como en una suerte de comedia (o farsa) devenida en triángulo amoroso; mientras que La muerte del avariento y Guzmán de Juan de Dios es una obrita apicarada en la que no faltan los homenajes al Lazarillo de Tormes, el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán y El Buscón de Quevedo. La quinta, Pagar con la misma prenda, lleva hasta nuevos extremos el tema de la cortesía española, ya que un par de caballeros están dispuestos a sacrificar su amor por la misma mujer en beneficio del otro; todo lo contrario que La libertada inocente y castigo en el engaño, que bebe de las tragedias senequistas del Renacimiento y coloca en primer plano las tercerías de la criada Isabel.

La colección Prosa Barroca, dirigida por el Prof. Rafael Bonilla Cerezo (Universidad de Córdoba), nació como lugar de encuentro y sala de recreación para los investigadores de la narrativa áurea y curiosos en general. Junto con volúmenes de ensayo, da a conocer en rigurosas ediciones críticas novelas cortesanas, pastoriles, caballerescas, picarescas, bizantinas y moriscas, además de las retóricas y sermones de los oradores del Seiscientos español.

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