Escondido en las palabras

Es un canto al amor, un canto a los anhelos, son endechas de sueños esperados, sueños vividos al ritmo del deseo. Es un canto admirativo a la mujer, como madre, belleza, pasión. Son metáforas, imágenes, que la idealizan, la subliman, son poemas en los que el miedo a la soledad busca protección, refugio y amparo en la mujer amada o deseada. Hay poemas de una gran belleza y en algunos casos parecen versos de un adolescente por su pasión, su fuerza y su energía.

Bernardo-Recaredo García Pintado

15,00 IVA Incl.

Detalles del libro

Peso 0.166 kg
Páginas

92

Encuadernación

Rústica

Idioma

Castellano

ISBN

9788415746508

Sobre el autor

Athané, Manuel

Athané, Manuel

Manuel Athané nació el 24 de mayo de 1951 en Granja de Torrehermosa, Badajoz. Maestro relojero, máster en microelectrónica del cuarzo. Escritor, poeta, actor, viajante, fabulador, risoterapeuta, imaginador, exmaratoniano, trotamundos, comunicador y susurrador de versos.

Ha participado como ponente en los siete encuentros internacionales «Silos Literario» celebrados en Santo Domingo de Silos, en las primeras Jornadas Tunecino-Españolas: Cultura, Literatura y Arte (Túnez 2013), en la Semana de Estudios Mediterráneos, Túnez y la Primavera Árabe: cultura, sociedad y revolución (Madrid 2014)y en los encuentros tunecino-españoles de intelectuales y escritores organizados en Túnez en 2011, 2012 y 2014.

Ha publicado: Pienso (1980), Un payaso roto (1981), Como polvo en la ventisca (Sial, 2010), Todo comenzó en San Valentín (Sial, 2011), Relatos de la vida (2012), Antología de Humor (2013), Escondido en las palabras (Sial, 2015), Susurros de otra vida (2016), Malafollá (2017) y Doña Malicia y sus espinas (2020). Ha colaborado en los libros colectivos Hay esperanza. ¡Vencimos al cáncer! (Pigmalión, 2015), Amour fou (Pigmalión, 2016) y Fucking cáncer (Pigmalión, 2018).

Una madrugada me pregunté a quien le podía dedicar mi mejor poema y un beso imaginado me respondió junto al oído: sin vacilar te señalo que a la vida, a la madre que llena de sensaciones la respiración, a sus pechos que anuncian existencia y llanto, a su mirada que dibujan pasiones, a sus caricias que elevan la imaginación. Protege con tus versos a la guerrillera que grita en la sombra, al baile de la adolescente que sueñas, a la dama inocente que sonríe en la penumbra y a la que le destruyen la ilusión, así como a su perdónque abraza la clemencia; a la joven que mastica las lágrimas y se acurruca en la nostalgia, y también al miedo, a tu miedo; al grito; al amor eterno, y a la huella de un abrazo.

Perosiempre, por siempre: a la mujer. ¡A la mujer! Que es elvientoapacible donde yo me inspiro, mujer que despunta donde missentimientos brotan cada mañana, y doy gracias por tu existencia,porque descubro cada día, tu agraciado suspiro en tu despertartan dulcemente perfecto.

Fijad en vuestras almas, firmemente, la verdad que nos bebemos entrelas sabanas del éxtasis, entre los gozos del ímpetu, entre eljadear delrecuerdo. Lanzad al cielo los rencores, proteger y asimilar lo imposible; no vociferéis llantos rotos, y delicadamente sumergíos en la esperanza.

Manuel Athané

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