Así me pierdo en las ciudades abarca una serie de 27 relatos en los que el lector no sabe qué admirar más, si el ritmo, la agilidad y la precisión de la prosa o el envidiable sentido del humor del que el autor hace gala en todas y cada una las páginas del libro. Tal vez, en efecto, el humor sea la mejor perspectiva que podemos encontrar en estos tiempos de crisis y confusión para comprender y acceder a un mundo que, paso a paso, estamos convirtiendo en una dimensión prácticamente inhabitable.
Estamos convencidos de que Así me pierdo en las ciudades va a recibir los parabienes de la crítica más exigente de este país y que Ramón Jiménez, fiel a su condición de lletraferit (expresión catalana que podría traducirse al castellano como herido por las letras) continuará obsequiando a sus lectores con nuevas muestras de su talento literario. Demos tiempo al tiempo.
Ramón Jiménez Pérez ha publicado en Pigmalión Así me pierdo en las ciudades (relatos, 2011) y El baile del emperatriz (novela, 2012), Premio EscriDuende a la obra más vanguardista (Feria del Libro de Madrid, 2013).
Con su primer libro de relatos cortos, Cuentos estructurados, ganó el Premio para Libros de Cuentos «Emilio Hurtado» 1986, editado por la Caja de Ahorros de León. Asimismo obtuvo los premios de microrrelatos Hipálage (2011), el de «El cultural.es Cuenta 140» (2010), y el de cuentos Pluma de Oro de Alcorcón en 1979 y 1982, después de que apareciera su primera narración breve en 1977 en El Diario de Castilla. Tiene otros tres cuentos en la Antología del cuento español, 1985, de la Society of Spanish and Spanish- American Studies. Ediciones Beta incluyó La primera vez que leí el Quijote, que recoge este volumen, en la antología que reúne los seleccionados en su V Premio de Relato Corto de 2013.
El arte del origami constituye otro de sus pilares creativos, y ha escrito sobre él, impartido talleres, pronunciado conferencias y realizado diversas exposiciones.
Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, desde 1993 es coordinador de actividades culturales en la Delegación de la Xunta de Galicia en Madrid.
Siempre he pensado que quien aspire a ser novelista debe contar con dos cualidades que coincidan y se complementen armoniosamente en su persona: por una parte, vocación suficiente, es decir, esa posesión de esa voz misteriosa que nos anima y nos obliga a seguir un camino. Por otra parte, aptitud suficiente para seguir ese camino con ciertas posibilidades de éxito. Dos condiciones que, afortunadamente, se dieron y continúan dándose en Ramón Jiménez.
ASÍ ME PIERDO EN LAS CIUDADES abarca una serie de 27 relatos en los que el lector no sabe qué admirar más, si el ritmo, la agilidad y la precisión de la prosa o el envidiable sentido del humor del que el autor hace gala en todas y cada una las páginas del libro. Tal vez, en efecto, el humor sea la mejor perspectiva que podemos encontrar en estos tiempos de crisis y confusión para comprender y acceder a un mundo que, paso a paso, estamos convirtiendo en una dimensión prácticamente inhabitable. Menéndez Pelayo nos enseñó que el verdadero humorismo exige un espíritu poético capaz de elevarse a la libertad y a la filosofía. aEs una de las maneras más altas de considerar el universo”, dijo también.
Estamos convencidos de que ASÍ ME PIERDO EN LAS CIUDADES va a recibir los parabienes de la crítica más exigente de este país y que Ramón Jiménez, fiel a su condición de lletraferit (expresión catalana que podría traducirse al castellano como herido por las letras) continuará obsequiando a sus lectores con nuevas muestras de su talento literario. Demos tiempo al tiempo.
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