Poemas de un ermitaño

16,00 IVA Incl.

Detalles del libro

Peso 0.700 kg
Páginas

110

Encuadernación

Rústica

Idioma

Castellano

ISBN

9788415014010

Sobre el autor

Castrillo Tablado, Juan

Castrillo Tablado, Juan

Juan Castrillo Tablado (Palacios de la Sierra, Burgos, 1923- Madrid, 13 de enero de 2020) es titulado superior en Filosofía, Teología, Políticas y Sociología. Ha ampliado estudios sociales en Lovaina y se diplomó en la Henry Gorge School of Social Science de la Universidad de Nueva York. Ha sido profesor de filosofía, religión, latín y sociología religiosa. Responsable de cultura en la Residencia Universitaria Claret de Madrid. Es autor de las obras: La Virgen en los Concilios Ecuménicos (1964), Juan XXIII (1968), Dolor de Luz (2005) , Raíces líricas de Palacios de la Sierra (2005), Antología poética (2005), Fulgor de serranía (2006), Sonetos (2006) , Poemas espirituales (2006), 2.a ed. de Dolor de luz (2007), Traducción y notas Ius Publicum, libro de Antonius Perezius, editado en Lovaina el año 1657 (2007) , Burgos en plural poema (2008), Niña con Ángel, Jacinta de Fátima (2009), Poemas de un ermitaño (2010) y Una llama de amor (2010). Ha colaborado en publicaciones nacionales y extranjeras. Ha sido premiado reiteradamente por la Academia Mariana de Lérida.

Bajo la forma poética de romances, sonetos o décimas, los salmos de Castrillo constituyen una verdadera liturgia cósmica, un canto al creador, una celebración y re-creación de los seres que le rodean en su Ermita del Arroyal. Dentro de la aparente sencillez de sus versos, hay hondura; aparecen imágenes, metáforas, símbolos que son como fogonazos que sirven de trampolín hacia lo trascendente. Con frecuencia estos salmos evocan, incluso glosan y actualizan, los Salmos bíblicos, por ejemplo, el salmo de las mariposas, bellas y efímeras, nos recuerda el Salmo 38 de la Biblia, que habla de la vida del hombre como un soplo. Son salmos que invitan a pensar y meditar sobre las realidades humanas. Nada de lo que le rodea en torno a la Ermita y de camino a la misma, nada le es ajeno. Transmite no lo que ha leído o le han contado, sino lo experimentado, lo vivido especialmente en sus días de ermitaño. Es una autobiografía de su alma y de su cuerpo, memorias de infancia, que rescatan con frecuencia de entre sus entretelas esa voz y esa imagen entrañable y cristalina que todos llevamos en los pliegues más íntimos de nuestro corazón, la voz de la madre. La madre que le inoculó la devoción a la otra Madre, patrona de esa Ermita: La Virgen del Arroyal: ¡Ay, Arroyal, Arroyal, / Ermita vacía y sola! / Tu ausencia aumenta mis lágrimas. / Tu exilio mis ojos lloran.¡ Ay, Arroyal, Arroyal! / Suenas a Diadema rota, / a Princesa destronada / ¿a qué más suenas, Señora, / si tienes Casa tan Regia, y está tan vacía y sola? En varios de sus poemas aparece ese su anhelo por la vuelta de la imagen de la Virgen a la Ermita. El autor reconoce que lo siente como un deber y un compromiso. Por eso, le canta endechas y entona el salmo de la zarzamora.

Es un libro muy recomendable por su frescura, su dinamismo, su ilusión. El lector descubrirá fácilmente que la música en estos versos es tan importante como la idea, la metáfora o la historia contada. El ritmo musical va meciendo al lector por la historia o el paisaje narrado, de tal forma que se sentirá atrapado y no podrá dejar el libro hasta llegar al último salmo, el Salmo para el compromiso.

Bernardo-Recaredo G.a Pintado

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